La transformación digital de la Administración Pública y las nuevas fórmulas de evaluación del desempeño han supuesto un cambio acelerado en el perfil que se exige a los empleados públicos. La función pública cambia, se moderniza, y con ella, las oposiciones. En las pruebas, el conocimiento aplicado viene a sustituir a la pura memoria, con el afán de seleccionar personas más capacitadas para la gestión y la toma de decisiones.

Sin embargo, los métodos tradicionales de preparación de oposiciones no se transforman al mismo ritmo y es frecuente que, tras mucho estudio y esfuerzo, el opositor solo consiga aprobar el primer examen, tipo test, pero no el segundo, de aplicación práctica de los conocimientos, porque le falta comprensión o información.

En el caso de los temarios jurídicos de los cuerpos técnicos, a esta dificultad se añade el desconocimiento previo de la terminología jurídica o de los conceptos más básicos del derecho administrativo.

Nuestro método pretende trabajar más habilidades que la simple memoria, para que el opositor entienda en todo momento lo que estudia y pueda superar los diversos ejercicios de la oposición.